Algunas de las obras de Jose Ma. Velasco son las siguientes






Pintura Popular


La pintura mural tuvo un importante florecimiento durante el siglo XVI; lo mismo en construcciones religiosas como en casas de linaje; tal es el caso de los conventos de Acolman, Huejotzingo, Tecamachalco y Zinacantepec. Se dice que fueron principalmente pintores indígenas dirigidos por frailes los que las realizaron. Estos se manifestaron también en manuscritos ilustrados como el CodiceMendocino.
Por un tiempo se creyó que el primer pintor europeo radicado en la Nueva España, fue Rodrigo de Cifuentes (artista apócrifo) a quien incluso llegó a atribuírsele obra como “El bautizo de los caciques de Tlaxcala”, pintura del retablo mayor del Ex Convento de San Francisco en Tlaxcala. Entre los pintores nativos estuvo Marcos Aquino. El flamenco Simon Pereyns vino a la Nueva España en 1566 y es considerado el más notable pintor de esta época. Con Francisco de Morales, Francisco de Zumaya, Andrés de la Concha y Juan de Arrúe formó un grupo de pintura culta. Se conservan de este maestro flamenco, entre otras, pinturas suyas del retablo de Huejotzingo y un San Cristóbal en la Catedral Metropolitana.

La pintura popular tuvo también numerosas manifestaciones; Pese a la destrucción, sobre todo de escultura y arquitectura; pese al acoso y ataque contra los tlamatinime, "los que saben cosas"; la conquista, y luego la colonia, no lograron desterrar del pueblo de México las dos cualidades fundamentales del artista náhuatl: "ser dueño de un rostro y un corazón" y "humanizar el querer de la gente." lo que se aprecia en los materiales empleados, el manejo del color y las formas, así como en la expresión temática.
Las obras eclesiásticas fueron las más importantes del siglo XVII. Entre los pintores relevantes podemos citar a Baltasar de Echave Ibia
y a su hijo Baltasar Echave Rioja, también a Luis Juárez y a su hijo José Juárez, a Juan Correa, Cristobal de Villalpando, Rodrigo de la Piedra, Antonio de Santander, Bernardino Polo, Juan de Villalobos, Juan Salguero y Juan de Herrera. Juan Correa, trabajó intensamente de 1671 a 1716 y alcanzó gran prestigio y fama por la calidad de su dibujo y la dimensión de algunas de sus obras. Entre las más conocidos: Apocalipsis en la Catedral de México, La conversión de Santa María Magdalena, hoy en la Pinacoteca Virreinal y Santa Catarina y Adán y Eva arrojados del paraíso este último en el Museo Nacional del Virreinato de Tepotzotlan

Costumbrismo

El costumbrismo es una tendencia o movimiento artistico que pretende que la obra de arte sea una exposición de los usos y costumbres sociales. El costumbrismo se extiende a todas las artes, pudiendo hablar de cuadros, historia o novelas costumbristas; siendo el folclore a menudo una forma de costumbrismo. El costumbrismo tiene una consideración transversal a lo largo de la historia del arte, pudiendo darse en cualquier momento de esta; sin embargo, se tiende a hablar de costumbrismo especialmente relacionado para los autores a partir del siglo XIX.
El costumbrismo, a diferencia del realismo con el que se halla estrechamente relacionado, no realiza un análisis de esos usos y costumbres que relata. Por tanto es un mero retrato sin opinión de esas costumbres, motivo por el que a menudo se habla de cuadros costumbristas para referirse a cualquiera de estas manifestaciones, no sólo a las pictóricas.

La pintura romantica

Uno de los temas más comunes de la pintura romántica es el paisaje. En México este tipo de
pintura se practicó hasta el siglo XIX, al principio por pintores extranjeros que llegaron al país al
finalizar la Independencia, y luego en la Academia de San Carlos, donde trabajó el paisajista
italiano Eugenio Landesio. Hasta antes de esta época, la riqueza que ofrecía el paisaje
mexicano había sido ignorada, pues durante la Colonia cuando se necesitaba un paisaje se le
inventaba o copiaba de algún cuadro europeo. En México, quien destacará en esa disciplina es
José María Velasco.

Jose Maria Velasco Gomez

(Temascalcingo, México, 1840-Guadalupe, id., 1912) Pintor mexicano. Desde muy joven mostró talento para la pintura, y con sólo dieciocho años obtuvo una plaza de profesor de perspectiva en la Academia de San Carlos, donde había ingresado poco antes. Se sintió atraído por la botánica, y fruto de esta afición fue la publicación del libro La flora en el valle de México. Trabajó como dibujante en el Museo Nacional, y hacia 1882 entró en contacto con la fotografía, por la que se apasionó. Estuvo en relación con el impresionismo francés, movimiento que ejerció gran influencia sobre su trabajo. Sus cuadros, en su mayor parte paisajes, destacan por un marcado acento romántico que busca exaltar la naturaleza. Entre sus telas más conocidas están Valle de México, Templo de San Bernardo, Luces sobre el lago y El puente de Metlac. En 1889 obtuvo la Medalla de la Exposición Universal de París.

Juan Cordero

Estudió en la Academia de San Carlos y más tarde en la de San Lucas, de Roma; en esta última pintó algunas obras interesantes y de excelente ejecución. Su cuadro con los retratos de Los Escultores Pérez y Valero es interesante porque, si bien, está concebido a la manera clásica, introduce en él a tipos mexicanos, o sean los pensionados compatriotas que también estudiaban por entonces en Roma. Sus grandes composiciones, como Colón ante los Reyes Católicos y El Redentor y la Mujer Adúltera, anuncian ya la pintura mural que más adelante él cultivó.
A su retorno a México venía acompañado tanto del éxito como artista, como de una valiosa producción. Aquí disputó, sin triunfo, la dirección de la Academia a Pelegrín Clavé. Tras su regreso a México pintó los retratos del general Santa Anna y de su esposa doña Dolores Tosta. Este último es del mayor interés por su concepción y ejecución, pues la señora aparece de pie, ataviada de gala, con un espléndido traje, en el interior de uno de los salones del Palacio Nacional. El retrato tiene un ambiente imperial, según convenía a las pretensiones de Su Alteza Serenísima, como se llamaba al general Santa Anna, pero falso, aunque digno. La pintura tiene una dureza de dibujo, de colorido y de ejecución, más allá de los principios clásicos, pero tales calidades constituyen su originalidad y acusan la personalidad del artista.
Cordero revivió la pintura mural en la iglesia de Santa Teresa, donde pintó la cúpula, interesante obra arquitectónica de Lorenzo de la Hidalga. Esta obra provocó discusiones entre los críticos, pues mientras unos la ensalzaban, a otros les parecía, por lo menos, extraña.

Fallece en la ciudad de México en 1884.

Jose Maria Obregon

Nació en México en la fecha de 1838. Realizó sus estudios de artes plásticas en la Academia de San Carlos de su ciudad natal, México, donde fue discípulo de Pelegrín Clavé, quien marco en él su estilo.

José Obregón se dedico a la pintura de temas bíblicos y a los retratos, se mantuvo dentro del estilo impuesto por su instructor. El descubrimiento del pulque, es su obra más conocida, aunque posea características costumbristas e históricas. En esta obra se aprecian los ideales estéticos que Pelegrín transmitía a sus alumnos; en dicho cuadro se ven representados antiguos indios de México como si se tratase de héroes.

Sus obras se vinculan a temas históricos pero modificados base al ideal de belleza clásica, resalta una postura romántica, incluso se manejan temas sin contexto por las faltas de precisión en la historia.

Debido a este alejamiento, la pintura se volvió lo que es ahora de tema indigenista, la obra se convirtió de interés por esta clase de temas y obtuvo un impacto de tal manera que otros continuaron con trabajos similares, como Rodrigo Gutiérrez con su Senado de Tlaxcala.

José Obregón, también elaboro una pintura de Colón joven, conocida también como “Inspiración de Cristóbal Colón. El Museo Nacional de Arte conserva dicha pintura. El escritor e historiador académico mexicano, Manuel Romero de Terrenos reconoce la obra y se encargo de premiar al autor con el segundo lugar. Posteriormente esta obra recibe otras menciones.

José Obregón muere en 1902.